Leticia Sánchez Toledo

Leticia Sánchez Toledo (Cabaiguán, Cuba, 1985)

Pensemos por un momento en la concreción de las artes, en específico del cine y la pintura, donde es posible revivir, trasmutar y alterar un producto como resultado de una experiencia primera con el séptimo arte o la razón pictórica. Si a eso le sumas, las bondades del diseño, así como la disciplina aprendida en esa especialidad, sería el camino perfecto para entender la obra de la artista Leticia Sánchez Toledo, graduada del Instituto Superior de Diseño (ISDI).

El diálogo entre lo pictórico y lo cinematográfico construyen nuevas narrativas en un horizonte de posibilidades donde el “pudiera ser” llevan el impulso de la expectativa, de lo incierto y del futuro en el latido creativo de Sánchez Toledo. Sus obras parecen el instante de una película, el momento furtivo que capta y detiene el lienzo para devolver un resultado, con el valor añadido de contener en su génesis el acervo de dos grandes manifestaciones creativas como son la cinematografía y las artes visuales.

Sánchez Toledo, a veces, siembra la pericia de la duda, aunque los contenidos tengan el don de la familiaridad.

De sus manos también emergen pinturas portadoras de una ternura inmensa, con suavidad en los escenarios, belleza y armonía, tomando en ocasiones los saberes del hiperrealismo para ejercer sobre su trabajo la experiencia del detalle, la exquisitez del acto recreado, el sentimiento llevado al rasgo pictórico máximo.

Otras obras de su autoría contienen una figura centro que resulta el foco de atención. A su alrededor habitan ambientes que indican volumetría y curiosidad por el hecho que allí sucede, como si de repente, el mundo se detuviera y solo existiera el latido de los cuerpos que originan sus musas.

Frase de la artista: “Voy más a lo ilustrativo, a la figura humana, a la figuración”.


 

 

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Leticia Sánchez Toledo (Cabaiguán, Cuba, 1985)

Pensemos por un momento en la concreción de las artes, en específico del cine y la pintura, donde es posible revivir, trasmutar y alterar un producto como resultado de una experiencia primera con el séptimo arte o la razón pictórica. Si a eso le sumas, las bondades del diseño, así como la disciplina aprendida en esa especialidad, sería el camino perfecto para entender la obra de la artista Leticia Sánchez Toledo, graduada del Instituto Superior de Diseño (ISDI).

El diálogo entre lo pictórico y lo cinematográfico construyen nuevas narrativas en un horizonte de posibilidades donde el “pudiera ser” llevan el impulso de la expectativa, de lo incierto y del futuro en el latido creativo de Sánchez Toledo. Sus obras parecen el instante de una película, el momento furtivo que capta y detiene el lienzo para devolver un resultado, con el valor añadido de contener en su génesis el acervo de dos grandes manifestaciones creativas como son la cinematografía y las artes visuales.

Sánchez Toledo, a veces, siembra la pericia de la duda, aunque los contenidos tengan el don de la familiaridad.

De sus manos también emergen pinturas portadoras de una ternura inmensa, con suavidad en los escenarios, belleza y armonía, tomando en ocasiones los saberes del hiperrealismo para ejercer sobre su trabajo la experiencia del detalle, la exquisitez del acto recreado, el sentimiento llevado al rasgo pictórico máximo.

Otras obras de su autoría contienen una figura centro que resulta el foco de atención. A su alrededor habitan ambientes que indican volumetría y curiosidad por el hecho que allí sucede, como si de repente, el mundo se detuviera y solo existiera el latido de los cuerpos que originan sus musas.

Frase de la artista: “Voy más a lo ilustrativo, a la figura humana, a la figuración”.