Jorge Otero

Jorge Otero (La Habana 1982)

Jorge Otero sabe desdoblarse en múltiples empeños creativos como son la fotografía, el performance, el video arte, el dibujo y la instalación. En esos múltiples mapas de acción el cuerpo prevalece como referencia, punto de encuentros, conflictos, dudas y también simboliza el horizonte donde se gestan las infinitas posibilidades de lo carnal.

En buena parte de sus fotografías, Otero utiliza el desnudo con el acierto de brindarnos un enfoque escultórico de la imagen, un sentido de la tridimensionalidad que nos acerca más a la visión de este mundo, su sistema de acción y mutaciones.

El artista se vale además del desnudo para quitarnos los prejuicios, los cánones del ayer, los estigmas adquiridos por una sociedad inválida de libertades. Otero juega con el cuerpo, nos muestra su vehemencia, belleza, exotismo y beneficios sobre las demás especies. Establece un juego de texturas con un resultado visual portador de hallazgos en el terreno de lo simbólico y lo cultural, ya que sus obras nos conducen a un escenario permeado de referencias, que somos capaces de detectarlas y asumir la novedad en sus anatomías.

En su trabajo también cuestiona los cánones masculinos reconocidos por las sociedades occidentales. Los estereotipos de géneros son una puerta de conocimiento para detectar los cambios evolutivos de la sociedad posmoderna y sus complejos escenarios.

Jorge Otero jamás se despoja o deja a un lado su visión humanista y lo demuestra en el hecho de reconocer las intelectualidades de los individuos para transformar a voluntad el mundo. De hecho, resulta evidente en su obra las referencias al trabajo como acción transformadora y esencial.

De tales maneras Jorge Otero presenta un mapa singular donde es posible acceder a la experiencia de la memoria mediante sus obras, así como a una novedosa textura visual, con la fortuna de emprender otros horizontes hacia el exigente mundo de lo corporal y sus delirios. 

Frase del artista: “He conseguido materializar ciertas preocupaciones, pero de ninguna forma percibo mi obra como un fenómeno que ya alcanzó su forma definitiva, sino que me siento en constante aprendizaje”.


 

 


 

 

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Jorge Otero (La Habana 1982)

Jorge Otero sabe desdoblarse en múltiples empeños creativos como son la fotografía, el performance, el video arte, el dibujo y la instalación. En esos múltiples mapas de acción el cuerpo prevalece como referencia, punto de encuentros, conflictos, dudas y también simboliza el horizonte donde se gestan las infinitas posibilidades de lo carnal.

En buena parte de sus fotografías, Otero utiliza el desnudo con el acierto de brindarnos un enfoque escultórico de la imagen, un sentido de la tridimensionalidad que nos acerca más a la visión de este mundo, su sistema de acción y mutaciones.

El artista se vale además del desnudo para quitarnos los prejuicios, los cánones del ayer, los estigmas adquiridos por una sociedad inválida de libertades. Otero juega con el cuerpo, nos muestra su vehemencia, belleza, exotismo y beneficios sobre las demás especies. Establece un juego de texturas con un resultado visual portador de hallazgos en el terreno de lo simbólico y lo cultural, ya que sus obras nos conducen a un escenario permeado de referencias, que somos capaces de detectarlas y asumir la novedad en sus anatomías.

En su trabajo también cuestiona los cánones masculinos reconocidos por las sociedades occidentales. Los estereotipos de géneros son una puerta de conocimiento para detectar los cambios evolutivos de la sociedad posmoderna y sus complejos escenarios.

Jorge Otero jamás se despoja o deja a un lado su visión humanista y lo demuestra en el hecho de reconocer las intelectualidades de los individuos para transformar a voluntad el mundo. De hecho, resulta evidente en su obra las referencias al trabajo como acción transformadora y esencial.

De tales maneras Jorge Otero presenta un mapa singular donde es posible acceder a la experiencia de la memoria mediante sus obras, así como a una novedosa textura visual, con la fortuna de emprender otros horizontes hacia el exigente mundo de lo corporal y sus delirios. 

Frase del artista: “He conseguido materializar ciertas preocupaciones, pero de ninguna forma percibo mi obra como un fenómeno que ya alcanzó su forma definitiva, sino que me siento en constante aprendizaje”.