Alberto Lescay Merencio es una fuerza de la naturaleza, un artista en la búsqueda constante de realizar una obra superior cada día. Podrán parecer palabras repetidas en diferentes contextos, pero basta revisar su producción creativa para darse cuenta de dos verdades: la excelencia de su trabajo y que merecía el Premio Nacional de Artes Plásticas.
En la sala teatro del Museo Nacional de Bellas Artes (edificio arte cubano) tuvo lugar la entrega del galardón al también profesor y presidente de la Fundación Caguayo, centro de referencia para los escultores cubanos y su intención de exponer los secretos de la tridimensionalidad y las formas.
Al recibir el Premio en un día especial, el 2 de febrero de 2022, según la ciencia de la numerología, Lescay agradeció a su madre, a sus maestros “que son muchos”, confesó, y a las personas que confiaron en su manera de asumir el arte que profesa y representa en el mundo.
En su intervención recordó la valía de Cuba como fortaleza de las artes visuales y añadió: “El premio se dice que es por la obra de la vida que continúa. Tenemos mucho que hacer todavía y no los voy a defraudar”.
El crítico y curador Rafael Acosta de Arriba estuvo a cargo de ofrecer las palabras de elogio dedicadas al maestro. Acerca de la labor realizada por el artista consideró: “Sus obras ocuparon importantes espacios en distintas provincias del país, con lo que Lescay fue sembrando esculturas por todo el territorio nacional”.
Dos de las esculturas más conocidas del creador son el Monumento al Cimarrón y la estatua ecuestre al general Antonio Maceo en la plaza santiaguera de igual nombre.
Lescay —explicó Acosta de Arriba—“siguió combinando la creación entre pintura, dibujo y escultura de pequeño y gran formato con la promoción del arte desde la fundación Caguayo”.
De igual manera, en distintos países emplazó esculturas en perfecto equilibrio con su entorno, como símbolo de su vocación ambientalista sin límites de fronteras y esquemas sociales impuestos por el hombre.
El prestigioso creador junto a Rita Longa, José Villa Soberón y Theodoro Ramos es uno de los escultores con mayor número de piezas emplazadas en el país.
En cuanto a su obra pictórica y de dibujo es preciso destacar la abstracción en su pintura con una simbología oscura e impresionista, donde se observa la fuerte presencia del rojo sanguinolento y bruscos trazos que reflejan lo étnico, lo religioso y lo cultural, de acuerdo con Acosta de Arriba.
Alberto Lescay, en diálogo con Maxima gallery, habló sobre su intención permanente por el conocimiento y el aprendizaje. En estos momentos el artista trabaja en la escultura a José Antonio Aponte, negro criollo y hombre libre que dirigió la primera conspiración de carácter nacional registrada en la historia insular.
Publicado 23/2/2022