Esculturas de Pedro Pablo Oliva en Máxima

Pedro Pablo Oliva "Muchacha enamorada de un ángel" (detalle).
Pedro Pablo Oliva "Muchacha enamorada de un ángel" (detalle).

Pocos artistas se atreverían a crear una escultura y ponerle “Novia llorando”, un título que impacta demasiado, porque a nadie le gustaría ver a una mujer en su matrimonio inmersa entre lágrimas, a no ser que fueran de felicidad.

El maestro Pedro Pablo Oliva nos aclara los motivos de la menciona escultura, parte del catálogo de Galería Máxima: “Es un canto a los amores que se han roto con la migración, un llanto de orillas”.

Sabemos que el pintor ha reflejado la política en su obra, las crisis y dolores de la nación, como basamento fuerte en su quehacer, aunque siempre con una belleza inquebrantable.

Pedro Pablo Oliva, como buen exponente de la poesía en el lienzo o en cualquiera de los formatos, sabe originar estados de conciencia, sin imágenes o creaciones demasiado ásperas o espinosas.

En los últimos tiempos, como ya sabemos, se ha dedicado más a la escultura, un tipo de trabajo bien complejo por sus altas demandas económicas y creativas. Son más de 70 años y nos sorprende en él la sutileza con la que es capaz de mirar el mundo. “Eres un loco que jamás se cansa de abrir ventanas y sembrar luceros”, fragmento del poema Con tantos palos que te dio la vida, de Fayad Jamís, que sirve de referente para pensar en Pedro Pablo. 

Por fortuna para la colección Máxima, contamos con nuevas esculturas del renombrado pintor, entre otras piezas.

                                                           Muchacha enamorada de un ángel.                                     

1. La extraña muchacha de los Camaleones y Muchacha enamorada de un Ángel.

Para muchos conocedores de su obra, el equilibro es una condición imperante en Oliva y hablamos de equilibrio, precisamente, porque junto con la sensación de paz, viene la evasión, el silencio. Sus personajes parecen dormitar en una calma aparente, en un escenario libre de contradicciones como vía para escapar de la realidad, del pasado o el presente.

En ambos casos, La extraña muchacha de los Camaleones y Muchacha enamorada de un ángel, su geometría fascina e inquieta. Es un golpe de esplendor y sutileza ver los detalles de las piezas, el refinamiento, el grado de exactitud, de transparencia e imaginación. Lo sublime en el artista es la sensación más común de presenciar.

Otro hecho pictórico en su quehacer es lo erótico en su visualidad. Un erotismo con el mismo equilibrio al que nos referíamos antes. La justa proporción en cada zona erógena, sin alterar la serenidad de la pieza (La extraña muchacha de los Camaleones). En este caso, en específico, el camaleón no aparece como un cuerpo extraño, más bien su autor aplica el principio holístico del mundo: el todo contiene las partes y viceversa.

Resulta evidente la alegoría del reptil (camaleón) con la sensualidad de la “extraña muchacha”. Si lo analizáramos desde otra perspectiva, mujer y naturaleza, aunque su exponente sea masculino en esta ocasión, representan un conjunto inseparable de fertilidad, de vida, muy a tono también con el lenguaje y el pasaje panorámico de la escultura.

2. Homenaje a una novia para David y Espantado de todo.

Ambas obras pertenecen a la serie Sillones de Mimbre y contienen mensajes ingeniosos, práctica común en la producción del artista.

El homenaje a la popular película Una novia para David es fácil de interpretar, porque la fisionomía de la escultura da testimonio de su intención. La figura de una joven con protuberancia en su barriga y en el cuerpo entero parece estallar de felicidad ante nosotros. Lo hace tranquila, segura de su verdad, paciente y sin remordimientos.

Con Espantado de todo, la simbología es otra. Martí yace dormido con la cabeza encorvada y la sensación de tristeza es demasiado real. El Apóstol de la independencia de Cuba duerme en un letargo, que parece no despertar, no reaccionar. La procesión se lleva por dentro y las penas siguen bajo el impenetrable silencio.

A su vez, la obra produce otra sensación: tanta es su exquisitez que genera el deseo de conservarla, de guardarla, mientras el dolor permanezca. El autor de los Versos Sencillos es demasiado sagrado para convertirlo en ultraje, en pantomima, en banalidad.

Así vamos suspirando con Pedro Pablo Oliva y así nos revela parte de sus desvelos, de sus esperanzas, nos enseña también su grandeza y mientras tanto nosotros, como simples mortales, contemplamos su arte porque de una manera u otra, es demasiado contundente para pasarlo por alto.

Publicado 1/10/2021

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                                                                           Pedro Pablo Oliva "Novia llorando".