"El volumen lo tenía incorporado más fácil que el color" (Parte I)

Rafael San Juan.
Rafael San Juan.

“El ángel que pueda tener cada escultura tiene que venir desde adentro”, asegura el artista Rafael San Juan, quien ha sido reconocido con el Galardón de Éxito en México en este 2021, país donde permanece desde hace 21 años.

Cuando conversamos con él vía WhatsApp, San Juan repite una palabra de manera constante: experimentar. De ahí podemos entender su ímpetu para renovarse, para buscar múltiples maneras, recursos, materiales, cuerpos y rostros con tal de asumir la escultura desde lo sublime, lo incierto y la aventura.

Unos minutos de entrevista con Rafael San Juan bastan para el incentivo y el convencimiento de que su creación porta gran belleza porque así lo decidió. Detrás de cada obra, ya sea monumental o de mediano formato, hallamos la condición humana y existencial referente a este mundo y su sistema de pensamiento.

Podemos hablar del arte como respuesta humana desde tiempos inmemoriales. En el caso particular de San Juan, prefiere trabajar la escultura monumental con concreto y acero, dos elementos más “contemporáneos” utilizados para grandes empeños y con un resultado decoroso, siempre y cuando las manos, las ideas y la mente sepan darle la elegencia que corresponde.

Ante ustedes, Rafael San Juan en entrevista.

El Galardón de Éxito es un reconocimiento a personas que han adoptado el éxito como estilo de vida. En ese caso, ¿qué es el éxito para Rafael San Juan? ¿Cómo ha logrado canalizarlo en sus esculturas?

Para mí el éxito como estilo de vida es muy complejo definirlo, porque yo veo el éxito muy puntual en un objetivo, es decir, hice tal proyecto y fue exitoso su realización o emplazamiento.

Ahora, catalogar el éxito como un estilo de vida es difícil, porque mi estilo de vida es la perseverancia, la dedicación, la constancia diaria, es querer dar lo mejor de sí en cada pieza y tratar de ser buena persona con el medio que te rodea.

Todo ese conjunto puede enmarcar que sea exitosa tu manera de vida, entre comillas, porque no es una palabra que uso en mi cotidianidad. Para mí los logros son un cúmulo de factores con un resultado estético. Mi estilo de vida es muy sencillo y me gusta que sea así.                                                         

Sorprende en sus esculturas el grado de realismo con respecto a la figura humana, ¿cuán observador ha tenido que ser para lograr tales resultados?

Soy muy observador, tengo buena memoria visual, mas no muy buena memoria de nombres y demás. Siempre estoy en una constante revisión anatómica de cada quien. Me gusta observar los ojos, la nariz y los cuerpos de todo tipo.

Todo esto parte cuando empecé a estudiar o quizás desde niño. Veía los animales en el zoológico y después los reproducía en plastilina y me gustaba mucho observar las uñas. Es algo con lo que se nace o lo tiene uno incorporado, porque no se me enseñó.

El ángel que pueda tener cada escultura tiene que venir desde adentro. Es un desafío expresar eso, quizás con materiales que no son los tradicionales y es lo que me ha llamado más la atención, irme por otros materiales que se pueden llevar a cabo a grandes escalas y mantener la estética.

¿Por qué apostar por la escultura y no por otra manifestación creativa?

Dentro de las artes plásticas he indagado en muchas de las ramas. Me gusta pintar, inclusive hay etapas en que pinto mucho o experimento sobre lienzo. Me son muy gratas porque tengo una intimidad con la obra, que no propiamente la logras en la escultura de un formato más considerable, donde puede intervenir la fundición, etc.

En mi trabajo se conoce más la escultura por la escala o por la constancia de usar más esa técnica. También he indagado en el grabado desde que empecé a estudiar. He hecho varias piezas en grabado, que también me gusta.

La escultura, en el sentido de la fascinación, es un poco el material o quizás la inquietud desde niño por el volumen. Yo creo que el volumen lo tenía incorporado más fácil que el color. De hecho, cuando uso color, siempre encuentro sorpresas.

En la escultura, en muy pocos casos no he tenido claro la experimentación, casi siempre que he experimentado he llegado a un resultado concreto.

Si me invitan a experimentar en el grabado lo hago o en la pintura. Hice mucha escenografía y trabajé el papel maché. Estoy haciendo unas piezas que tienen pintura y escultura al mismo tiempo. En general me gusta todo, lo que ha escultura ha predominado por su carácter o monumentalidad.                                                     

Los materiales más utilizados en sus creaciones y por qué.

El material aporta un contenido muy importante en la obra. He hecho exposiciones y lo sigo haciendo con fragmentos de cuerpos y órganos humanos. Es algo que me interesa mucho por el material.

Necesitamos vivir, nacer, es decir, el cuerpo, la carne, la naturaleza. Al manipular estos elementos le estás aportando un contenido de alguien a la obra, de un individuo que vivió, creció y es más fuerte el sentido que le damos a la pieza por el mismo dramatismo. Le estamos aportando algo más a lo estético.

El material es muy importante, cuando hice la instalación “La muerte de un proyecto”, eran 99 osamentas humanas sacadas de las escuelas de medicina y del cementerio. Era importante el material y que cada una de esas piezas tuvieran su propio carácter y, al mismo tiempo, me sorprendía la expresión de los cráneos, la posición de los huesos, algo que se iba más allá de lo que yo propiamente quisiera decir o hacer.

En las piezas monumentales lo que más he usado es acero y concreto. Son más contemporáneos, cada vez se transforman más y son símbolos del desarrollo humano. Cada vez hay más tecnología en el caso del concreto, donde me permite hacer una pieza contemporánea basada, quizás, en una figuración prestablecida o clásica. Me llama la atención el material y la forma.

Parto mucho del reciclaje, para mí es muy importante no botar, reusar cosas y tener conciencia de elementos o piezas que ya tuvieron una historia en sí. El objetivo al final es hacer conciencia, crear un pensamiento en las nuevas generaciones de que el mundo del desechable no es tan viable.

¿Pudiera comentarnos sobre su tiempo como diseñador escénico en Cuba?

La etapa de diseñador escénico la guardo con mucho cariño en mi corazón, porque me fascinó.

De hecho, esos años trabajaba más como diseñador escénico que como artista plástico y escultor. La relación con los directores de teatro, coreógrafos, bailarines, actores, diseñadores de luces era una gran familia, un gran equipo, un deseo de hacer cosas para un bien común, el proyecto en general.

Me nutrí mucho de esa etapa. Los profesores de diseño escénico en aquel momento eran mis amigos, mentores y maestros. Diseñé piezas para Teatro La Luna, Danza Contemporánea, colaboré con el ballet, hice escenografías con el Conjunto Folclórico, también para obras de teatro infantil con El Sótano. Creo que si estuviese más tiempo en Cuba o de una manera más lineal lo volvería a hacer con muchísimo cariño.                                                    

¿Qué ha encontrado en México para que sea su destino de permanencia?

Mi relación con México ya cumplió 21 años, ha sido un país que desde que llegué me ha acogido y me ha abierto sus puertas para muchos proyectos, pero la verdad no estoy tanto tiempo como parece. Salgo mucho, de hecho, uno de los requisitos para ser mexicano es permanecer en el país más de 180 días al año y yo casi nunca cumplo ese requisito.

En México tengo el estudio que me permite hacer gran parte de mi trabajo, pero también tengo otro estudio en La Habana. Casi todas las maquetas, los proyectos, los bocetos salen de allá y muchos se ejecutan acá, ya por temas de traslado y materiales que es más viable. Hemos tenido estancias largas en Italia, en Estados Unidos por proyectos que a veces ameritan hacerlos en el lugar.

Debido a la situación global de la pandemia, nos tocó estar acá. En el 2019 estuve casi todo el año en Cuba y vinimos a empezar un proyecto de unos tres meses y el plan era regresarnos como en abril del 2020, pero empezó la pandemia, que nos ha mantenido muy anclados, y eso ha despertado relaciones con viejos amigos. Estamos deseosos de que se establezcan los vuelos comerciales de manera fluida para La Habana y allí estaremos de vuelta.